Los niños descubren el mundo a través de los sentidos.
Los tableros sensoriales presentan a los niños una serie de objetos más o menos cotidianos que ellos exploran libremente y a su tiempo, de manera divertida y educativa. Nosotros, los adultos, los observamos y los guiamos, permitiéndoles descubrir qué hacen y cómo funcionan cada uno de estos objetos.
Algunos de sus beneficios:
Posibilita la repetición - generando concentración.
Aísla las dificultades - cada objeto es único y cumple su función, no depende del resto.
Permite el control del error - el niño podrá ver por sí mismo cuando está haciendo lo correcto o no. Esto promueve ver los errores como parte del aprendizaje y desarrollar una actitud positiva frente a ellos.
Colaboran en el desarrollo de la motricidad fina, coordinación ojo-mano y habilidades de resolución de problemas.
Contribuyen en la construcción de auto-confianza y autoestima (a través del logro de pequeños objetivos).